viernes, 26 de junio de 2015

Carta al amor verdadero.

Con la noche encima, las estrellas y la luna de testigos, con una copa de vino blanco y con el amor más honesto y humilde de mi corazón le escribo esto:

Nos conocemos de algún modo, por eso sabe mi nombre. Por eso yo sé el suyo. Nos conocemos y le confieso que le he visto con mucho amor desde hace tiempo. No es sencillo amar en estos días, con tanta violencia, con tantas enfermedades y guerras. Con tanta tecnología, codependencia y falso amor. No es sencillo, a menos que encuentres al amor verdadero. A usted.

Vera, el amor verdadero no le llena de mariposas el estómago. Son mas bien como águilas, leones o dinosaurios dentro de cada quien. La veo y el suspiro suspira, la vida vive y la misma muerte resucita.

Me sonrío a mi mismo, me sonrojo. Cuando le escucho el ruido se vacía, lo único importante es lo que usted tenga que decir. El momento en que la siento no hay textura más pura y fácil de distinguir como su piel. Suave, lisa, con ganas de morder y devorar a besos cada centímetro de ella. Eso, es algo de amor verdadero.

Ahora, lo que importa aquí es esto; considero por mucho, que usted señorita es mi amor verdadero. Porque amo sus defectos incluso por encima de sus virtudes, porque los besos que me da me provocan emociones divinas, porque el sexo compartido me deja vacío. Me deja satisfecho hasta del espíritu. Porque la he amado incluso cuando más la he odiado.

Se que es usted, porque quiero vivir con usted después de la vida. Quiero amanecer viendo sus pecas, tocando su cabello, besando su cuerpo. Así que le pido por favor, que si en algún momento desea amar a otro como yo le amo, me deje por avisado. En ese aviso podría figurar si es preciso hacer algo al respecto o simplemente vivir y dejar vivir.

Le pido que sea honesta, que evite engañarme porque eso me mataría incluso en vidas pasadas. Le pido que acepte mis mañas, mis tonterías, mis malos días y mi cursilería extrema. Le pido que se deje amar con todo el peso de mi cuerpo, de mi mente, de mi alma. Le pido que ante cualquier duda que surja en su mente respecto a su futuro conmigo, me hable. Me diga. Me explique los nuevos términos antes de  destrozar el corazón de quien la ama intensamente.

Y por último, le pido que cada vez que se acuerde de mi, recordar lo mucho que la amo. Y que ese amor, es el más puro que alguien haya sentido por usted. Le envío un beso, un abrazo y esta carta a usted; la mujer, por mucho, más hermosa del mundo.

jueves, 18 de junio de 2015

El amor en tiempos de codependencia.

El amor, cuatro letras. Una emoción, un millón de definiciones y dos realidades; lo más hermoso y lo más doloroso de esta vida. Capaz de causar sonrisas, suspiros, alegrías. Capaz de causar llantos, estrés, suicidios y odio.

Una de las cosas que son seguras en este planeta es que ninguno de sus habitantes son iguales con exactitud. Como copos de nieves, todos somos diferentes. Todos. Nadie piensa, actúa ni vive igual que otro, aunque si podemos estar de acuerdo con una postura. Mi postura es que el amor es una prueba extremadamente complicada mas no imposible.

He leído muchas teorías sobre el tema del amor, entre los autores están Gary Chapman y Walter Riso. A pesar de haber leído no significa que sé del tema. En mi parecer siento que no entiendo el amor. Sé que es bello porque lo he sentido, pero no lo entiendo.

Digamos que no me ha ido como yo esperaba. Pocas relaciones he tenido; amores platónicos, amores reales, amores imposibles. He disfrutado cada una de las relaciones, haya terminado como haya terminado, haya durado lo que haya durado, aprendí a quedarme con lo bueno. Con los abrazos, con los besos tan deliciosos en la calle, en el cine, en la sala de casa con música de fondo. Las comidas, los caminos que tuve con ellas, las risas, el sexo, las miradas. Todo lo bueno se queda, lo malo se va porque mi libre albedrío me otorga ese derecho divino, físico, emocional e incluso legal.

Es fácil enamorarse, es bueno y es un derecho; lo complicado es seguir enamorado cada día en conjunto con la tarea de saber enamorar cada día más a esa persona especial.

He estado meses solo, sin pareja. Sin nada de nada. Me he conocido a fondo con mis defectos y virtudes. Eso es bueno, he logrado cosas que no hubiera podido hacer estando en una relación. Ahora es momento de aceptar que posiblemente es hora de esperar a la persona adecuada; sin prisas, sin ligas afectivas inmediatas. Solo vivir y esperar, sea hoy, mañana, en un año, o en una década. Esperar lo perfecto mantiene un ciclo infinito y seguro de felicidad.

Conozco personas que vienen como amigas o amigos y me comparten su vida; "es un tonto, en veces es un inmaduro, no lo aguanto. Pero lo amo". "Si vieras que enfadosa es, es una celosa controladora. Pero la amo". "Es bueno, es trabajador, pero no siento que sea para mí, no se estar sola".

Y entonces escucho y doy la sugerencia según mi perspectiva de vida. Muchos de mis amigos y familiares están con alguien para no estar solos. Otros temen cerrar ciclos y se quedan por una mejor zona de confort. Y pienso; que la vida los bendiga, nadie, ni un sociólogo, ni un psicólogo, ni un médico, juez civil, sacerdote, amigo, padre o madre puede cambiar eso si la persona no muestra, consciente o inconscientemente, un interés.

Sin embargo, cuando la persona ama a su compañero o compañera y se ve notoriamente enamorada de sus defectos por igual; deseo ese tipo de amor y he tenido momentos de envidia. Se vale enamorarse y desenamorarse, creo yo. Siempre y cuando tú seas feliz y se pueda tener la conciencia tranquila de que el amor ofrecido es cien por ciento puro.

Gracias por leer.

P.D. Esta es una opinión personal, como siempre aclaro el respeto por cada idea diferente que los lectores tengan. Un abrazo.