domingo, 31 de diciembre de 2017

Gracias a las páginas.

Faltan veinte minutos para que sean las 12:00 a.m. y por ende el 31 de diciembre de este año termine y comience un 2018 lleno de esperanzas y futuro incierto. 

Como algunos saben, coordino un taller de lectura y disfruto mucho de la compañía de cada integrante. Una sugerencia que repito constantemente es "lean a tiempo y a espacio". Es importante leer por placer y por convicción aunque es verdad que en ocasiones leemos por necesidad laboral, escolar o para solucionar algún dilema; un instructivo para armar algún mueble o corregir una duda, la biblia para sanar algo en el espíritu o los pasos de primeros auxilios para salvar una vida. Nunca se sabe. 

Sabiendo eso, cada quien tiene el Derecho de leer lo que quiera, de quien sea y cómo se le haga más sencillo o mejor, según el gusto personal de cada quien. Un Derecho del lector es crearse a sí mismo una resolución o una meta anual respecto a los libros que quiere leer y la cantidad de ellos. El año pasado tuve en mi lista 45 libros en los que se destacaban novelas, en su mayor parte. Este 2017 me propuse leer más géneros narrativos, ensayos, crónicas y de todas las editoriales posibles. La cantidad a alcanzar; 46. 

Pues bien, parece mentira pero fueron exactamente 46 los libros completos que leí. Les compartiré a continuación mi lista completa, mi top 10 de este año y el top 10 general. Agradezco el haber descubierto a autores como Juan Villoro, Hilario Peña, Alessandro Baricco, Guadalupe Nettel, Luisa Reyes Retana, Juan Pablo Villalobos, Oliver Sacks, entre otros más. 

Hubo otros libros leídos por referencia, ya sea personal o utilizado para el Taller de Lectura Ozma. Incluso hubo algunos abandonados por indiferencia o aburrimiento. Pero bueno, espero que el futuro puedan ser disfrutados como seguramente se merecen y si en caso contrario no lo son, pues que otros lo disfruten. 

Esta lista esta lejos de ser un texto pretencioso y más bien busca compartir mi felicidad por los pequeños o grandes logros personales; los cuales mis verdaderos amigos siempre me festejan, brindando su apoyo y sus generosas motivaciones. Haciendo de mi, juntos a los libros, una mejor persona...o al menos eso intento. 

LISTA DE LIBROS COMPLETOS LEÍDOS EN 2017

1. Esa Puta Tan Distinguida de Juan Marsé (Penguin Random House) - Novela -

2. El Código Da Vinci de Dan Brown (Planeta) - Novela -

3. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos de J.K. Rowling (Océano) - Guión cinematográfico -

4. 303 de Juan José Luna (Artificios) - Relatos -

5. El Estafador de John Grisham (Penguin Random House) - Novela -

6. Harry Potter y el Prisionero de Azkaban de J.K. Rowling (Océano) - Novela -

7. El Salvaje de Guillermo Arriaga (Penguin Random House) - Novela -

8. El Otro Hijo de Susan Guskin (Penguin Random House) - Novela -

9. Salón de Belleza de Mario Bellatin (Penguin Random House) - Novela corta -

10. Por Una Rosa de Laura Gallego, Benito Taibo y 
Javier Ruescas (Penguin Random House) - Cuentos

11. La Pareja de al Lado de Shari Lapena (Penguin Random House) - Novela -

12. Cuando Nanging Suspira de Cristina Zabalaga (Penguin Random House) - Novela -

13. El Sabueso de Los Baskerville de Arthur Conan Doyle (Akal) - Novela Clásica -

14. La Carne de Rosa Montero (Penguin Random House) - Novela -

15. 42 de Fabrizio Mejía Madrid (Penguin Random House) - Novela

16. Temporada de Caza Para el León Negro de Tryno Maldonado (Anagrama) - Novela corta -

17. Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez (Penguin Random House) - Novela -

18. Querida Ijeawele. Cómo Educar en el Feminismo de Chimamanda Ngozi Adichie (Penguin Random House) - Ensayo -

19. Más Allá Del Invierno de Isabel Allende (Penguin Random House) - Novela

20. How to Find Dylan de Juan José Luna (Artificios) - Relatos -

21. El Libro Salvaje de Juan Villoro (Fondo de Cultura Económica) - Novela -

22. Los Presidentes Dan Pena de Rius (Penguin Random House - Novela Gráfica

23. Los Primeros Cuentos de Truman Capote (Penguin Random House) - Cuentos -

24. Crónica de Una Muerte Anunciada de Gabriel García Márquez 
(Penguin Random House) - Novela -

25. Un Pueblo Llamado Redención de Hilario Peña (Penguin Random House) - Novela -

26. Doce Años de Esclavitud de Solomon Northup (Penguin Random House) - Crónica

27. Apocalipsis [Todo Incluido] de Juan Villoro (Almadía) - Cuentos -

28. Terapia Amorosa de Daniel Glattauer (Penguin Random House) - Comedia -

29. Llamadas de Ámsterdam de Juan Villoro (Almadía) - Novela Corta -

30. Págale al Diablo de Hilario Peña (Nitro/Press) - Novela Corta -

31. El Huésped de Guadalupe Nettel (Anagrama) - Novela -

32. Gratitud de Oliver Sacks (Anagrama) - Ensayos

33. Putas Asesinas de Roberto Bolaño (Penguin Random House) - Cuentos -

34. Fiesta en la Madriguera de Juan Pablo Villalobos (Anagrama) - Novela -

35. Seda de Alessandro Baricco (Anagrama) - Novela -

36. Los Amores de Nishino de Hiromi Kawakami (Penguin Random House) - Cuentos -

37. Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie (Planeta) - Novela -

38. Tráiganme la Cabeza de Quentin Tarantino de Julián Herbert 
(Penguin Random House) - Cuentos -

39. Las Vocales Malditas de Oscar de la Borbolla (Penguin Random House) - Relatos -

40. Los Culpables de Juan Villoro (Almadía) - Cuentos -

41. Diez Negritos de Agatha Christie (Planeta) - Novela -

42. Tríos (Ed) de Paola Tinoco (Anagrama) - Cuentos -

43. Tres Veces al Amanecer de Alessandro Baricco (Anagrama) - Cuentos -

44. Arde Josefina de Luisa Reyes Retana (Penguin Random House) - Novela -

45. De Perfil de José Agustín (Penguin Random House) - Novela -

46. Novecento [La Leyenda Del Pianista en el Océano] de Alessandro Baricco 
(Anagrama) - Monólogo -

LISTA DE LIBROS LEÍDOS EN PARTES PARA REFERENCIAS PERSONALES Y/O PARA TALLER DE LECTURA

1. Sociedades Comparadas de Jared Diamond - Ensayos -

2. La Sociedad Gastronómica de Varios Autores - Cuentos -

3. Book of Longing de Leonard Cohen - Poesía -

4. Yo no Vengo a Decir un Discurso de Gabriel García Márquez - Discursos -

5. Milk & Honey de Rupi Kaur - Poesía -

6. La Utilidad Del Deseo de Juan Villoro - Ensayos -

7. Cuentos de Navidad de Charles Dickens - Cuentos -

8. Saber Comer de Michael Pollan - Gastronomía - 

LISTA DE LIBROS ABANODONADOS POR INDIFERENCIA/ABURRIMIENTO [NO ERA MI MOMENTO DE LEERLAS]

1. Pedro Páramo de Juan Rulfo - Novela - 

2. Rayuela de Julio Cortázar - Novela -

3. Sobre Grace de Anthony Doerr - Novela -

4. Los Pilares de la Tierra de Ken Follet - Novela - 

5. La Guerra de Los Mundos de H.G. Wells - Novela Clásica - 

MIS MEJORES LECTURAS 2017

10. Los Amores de Nishino, Hiromi Kawakami 

9. Doce Años de Esclavitud, Solomon Northup

8. Diez Negritos, Agatha Christie 

7. Arde Josefina, Luisa Reyes Retana

6.  Seda, Alessandro Baricco

5. Trío, Paola Tinoco

4. Asesinato en el Orient Express, Agatha Christie

3. Un Pueblo Llamado Redención, Hilario Peña

2. Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez 

1. El Salvaje, Guillermo Arriaga 

MIS MEJORES LECTURAS HASTA AHORA

15. El Amante Japonés de Isabel Allende

14. Matar a un Ruiseñor de Harper Lee

13. Arde Josefina de Luisa Reyes Retana

12. Medio Rey de Joe Abercrombie 

11. Doce Años de Esclavitud de Solomon Northup

10. Un Pueblo Llamado Redención de Hilario Peña

9. Los Libros Que Leímos Juntos de Alice Ozma

8. El Sabueso de Los Baskerville de Arthur Conan Doyle 

7. La Sombra Del Viento de Carlos Ruiz Zafón 

6. Cinco Esquinas de Mario Vargas Llosa

5. Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie 

4. Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez

3. Un Día Más de Mitch Albom

2. El Eterno Asombro de Pearl S. Buck

1. Historia de un Canalla de Julia Navarro / El Salvaje de Guillermo Arriaga



domingo, 24 de diciembre de 2017

Carta desde el Polo donde se cumplen los sueños.

24 de diciembre de 2017
Polo Norte 

Querido Jonathan; 

Como cada diciembre he recibido tu carta. Agradezco de primera instancia que a pesar de las tantas circunstancias ocurridas a lo largo de este año sigas creyendo en la magia de las letras y los deseos. Vivimos en un tiempo en el cual ni siquiera se llega a creer en Él, quien finalmente ha inventado la Navidad, menos se puede llegar a tener fe en un viejo barbudo y canoso que vuela en un trineo llevado por amables y mansos renos. Gracias por seguir llenando tu vida de imaginación y esperanza.

Desafortunadamente este año, por cuarta vez consecutiva, no podré llegar con el regalo que me has solicitado. Verás, por más que yo quiera, es algo que no está en mis manos. Se cuánto anhelas ese obsequio y lamento mucho no poder conceder eso que tanto esperas. He tenido, al menos, la oportunidad de hacer un gran viaje, un gran vuelo. Ir hasta donde esta ella y compartir esos pensamientos tan hermosos que escribes en su honor en cada carta enviada, diciembre tras diciembre desde que ella no esta a tu lado físicamente. Esta de más decir que ella te extraña a montones y que se siente orgullosa de cada logro obtenido. 

Dice que seas bueno, que siempre recuerdes el amor que tanto te dio día tras día y que utilices tus valores y tu propia felicidad para hacer de este mundo, desde tu gran pequeña existencia, un lugar mejor. Vive más y mortifícate menos. Sigue leyendo, tomando fotos, caminando, corriendo, amando. Sigue siendo ese muchacho que ella dejó a cargo de tus hermanos, de tus amigos y de Él, que sigue cuidando día a día de ti. 

Jonathan, no puedo darte lo que me has pedido, pero lo que si puedo ofrecerte es fortaleza y paz; para que mientras sigas respirando y razonando en este mundo tan confuso, no solo seas mejor persona, sino para que también recuerdes con amor y dicha cada beso, cada caricia, cada cariño que Mamá hacía para ti desde el mismo momento en que te miró a los ojos aquel 15 de junio, cuando lloraste por primerísima vez y viste al mundo lleno de colores. 

Te deseo una feliz noche buena, mucha prosperidad, sabiduría y salud. Sigue enamorándote de la vida, de los libros, de los buenos amigos. Felices fiestas y claro, ¡Feliz Navidad!

Con cariño: Santa. 

martes, 12 de diciembre de 2017

Ana

Se llama Ana. Tiene 46 años, es de Colima. Me mandó un texto SMS. Cosa rara en estos tiempos de mensajería verde y gratuita, pero así es ella. Diferente. Me citó en un café extraño y vacío. Cuando llegué sentí que para poder entrar debía ofrecer una especie de contraseña, misma que me funcionaría para formar parte de un círculo humano predilecto y ser tratado con cortesía. 

Me senté ante una mesa de caoba antigua y pedí un cortado de caramelo. "Aquí no vendemos esas puterías", me dijo un hombre tatuado. Pedí un americano fuerte y sin leche. Preferí desgastarme los intestinos con futuras úlseras a ser golpeado por un barista macho lomo plateado piel coloreada pelo rapado. Ana llegó a los 45 minutos. Para ello yo ya llevaba 4 cafés, 6 gotas de flores de Bach que subrepticiamente había colado en un vaso con agua (qué hubiera dicho Barista Violento) y con ansiedad al tope en mis cienes y venas frontales. 

La conocí 3 años atrás en la fila peatonal para cruzar a San Ysidro, CA. En aquel entonces Lizeth era mi novia y el cuerpo juvenil y enérgico de Ana me era más indiferente que en estos días. Ana era soltera por aquel tiempo y ahora estaba casada con un buen tipo. No sé mucho sobre él pero parece quererla como se debe querer a una mujer como Ana; con el alma, con el cuerpo y con la mente. 

"Tuve una aventura ayer en la noche". Me lo soltó como la Fuerza Armada de los Estados Unidos suelta bombas en países bendecidos con petróleo; sin avisar y sin aparente compasión. Ni siquiera hubo un "hola" antecesor a dicha confesión.

Ardí en celos internos, las quemaduras de la cafeína eran hielo comparadas con las llamas ácidas de mis envidias carnales y ajenas a quién sabe quién. Recuerdo que le di un sorbo amargo al café y mi primer pregunta fue "¿edad?". Su mirada bajó a un mantel sucio que tenía delante y sonrojada contestó que "20". Celos, impotencia, envidia, ego...café quemando mi esófago, venas saltando mi cuero cabelludo. Veinte. Algún idiota de veinte años pudo hacerse de un milagro divino y yo no. Ego, coraje, más ego, más coraje. 

Tragué saliva. Desvíe mis ojos de los de ella y grité para mis adentros. Al subir la cara roja de coraje y pena, solo pude sonreír. Me contó que fue una estupidez, que "nada serio". Seguía pensando en la edad del canalla que la tuvo. Recordé cuando mi estudiante de literatura me confesó que se había acostado con una mujer de 53 años. "Es que es una MILF", me dijo. Cuando me enseñó las fotos que la mujer le había mandado, Ulises, mi estudiante, me miró con una sonrisa. Había notado que en mis ojos se hallaba un claro "pinche Ulises, mira nomas que después de todo no eres un cerebrito aburrido". Ulises era tan serio y académico que juré su virginidad por sobre viento y marea. Mi consejo fue "sigue saliendo con ella, eres joven". Era mi mejor alumno, lamentablemente murió atropellado una noche en las vías del metro. Nunca encontraron rastro de notas suicidas ni homicidio. Aunque a juzgar por el presente, esas afirmaciones no son de fiar. 

¿Qué le habría dicho al pendejo ese suertudo? Sin duda lo mismo. Sigue saliendo con ella. Es casada pero vale madre, sigue. O tal vez me acobardará y mi moral dominaría mi culpa y terminará dándole una beca para la academia en la que era Maestro y Director. Algo sano y de buen ejemplo.

"Esta bien", respondí resignado. Fingiendo indiferencia y hasta una chispa de confidencia y complicidad. Veinte años. Que tío tan suertudo el imbécil. La miré y después de cierto desconcierto hasta sentí pena por ella. "No es tan grave", le dije. "Son cosas que pasan". No dejó de llorar por 45 minutos hasta que le dije todas las aventuras que yo había tenido con algunas de mis alumnas para calmar la preocupación a su cruda moral.

A mis 35 años, acostarte con una alumna de 25 no era pedofilia ni delito, pero si una causa probable a un despido de mis casi 50 mil pesos mensuales. No pensaba renunciar a ello. Por lo tanto, como bien se sabe, las elegidas quedaban exentas y sin oportunidad para reclamos ante mis superiores.

Después de mis sagradas confesiones se logró recuperar y me observó con gratitud. Cambiamos de tema. Prefería hacerlo. Hablamos de jardinería, de libros, de estrategias económicas y del clima. Eso me ayudó a calmar la gastritis nocturna. El sol había caído y nosotros ni en cuenta. "Mi esposo llega en una hora, no es celoso pero no quiero darle pautas". 

Salimos y me abrazó. Dios. Abrazos únicos, de cuerpo y besos platónicos. Así de sencillo. Me tomó del rostro y me soltó un beso corto. Corto pero del tipo profundo, en extremo placentero. Me quedé tieso y sorprendido. Se subió al auto y cerró la puerta. Dio marcha pero se detuvo a los 5 centímetros de haber avanzado. Un pequeño arrancón parado en seco. Bajó la ventanilla y me dijo "gracias, de verdad. Descansa, lo de Ulises fue un error. Pero todo bien, te quiero". 

Ya llegará otro alumno de dieces. 


viernes, 17 de noviembre de 2017

Melancolía y Aguas Frescas

No sé si alguien lo sepa. Desconozco si algún lector sea conocedor de este secreto, pero lo diré ahora mismo mediante las huellas de mis dedos; me pongo nostálgico cuando cae la tarde. Si bien me encantan los ocasos y suelo decir que son fenómenos románticos de la naturaleza, la verdad es que cuando el cielo deja de teñirse de rojo y azul, mis ojos se adaptan a la falta de luz con gran dificultad. No solo porque padezco miopía y astigmatismo, sino por la gran tristeza que siente mi corazón cuando la noche se asoma a eso de las seis pe eme.

Por aquello de las 3:30 p.m. comienza todo. Lentamente, poco a poco. Los primeros signos son evidentemente los puestos móviles de fruta y aguas frescas vacíos. Ver la vitrina con puro hielo me enfría la mente, cada célula de mi ser. Saber que el recipiente de cristal que antes contenía agua de horchata o tamarindo ahora se encuentra solo, me indica que el frutero ha terminado su turno y se dispone ir a casa. Ir a casa, a descansar, a convivir con su familia o con los camaradas.

La segunda señal viene cuando los taxis van llenos. Llenos hasta el tope ¿A dónde van todas esas personas? ¿A casa? Los jóvenes que salen con sus chamarras escolares, ¿a encontrarse con sus padres? ¿con sus novias? ¿al cine? Los adultos responsables, ¿con sus esposas? ¿con sus hijos o nietos? ¿a un motel a verse con aquel o aquella que los llena sexualmente pero no en temas de amor profundo? ¿acaso se dirigen a la cantina más cercana a cantar una de Sabina o de Chalino o de Cash o de Vicente o de José Alfredo? Los ancianos que empacan en los mercados, ¿tendrán un hogar o se trasladan a alguna casa de retiro? ¿alguien los recibirá con un abrazo? ¿con el respeto que merece aquel humano que es sabio porque ya ha vivido mucho? La tarde me llena de melancolía y de muchas preguntas.

La tercer señal es simple. Las lecturas en las bancas del parque se hacen borrosas. Sin duda es ya entonces la hora de prender una luz, pero las avenidas de mi ciudad no cuentan con luminarias funcionales a pesar del pago de tanto impuesto. La irresponsabilidad del ayuntamiento me ayuda, al menos, a recordar que es tarde y que el recuerdo de las caminatas por el centro de mi ciudad han quedado rezagadas a cinco horas atrás de distancia. Una noche más.

La última señal viene cuando desde dentro de la oficina observo al guardia de las seis pe eme llegar. Dos horas más y a casa, me digo. Mentira. Seguramente irá a algún café nocturno o a la librería a gastar el resto de mi quincena en libros que leeré dentro de dos o tres meses. Después una cerveza. Terminar en casa para dormir y para con alegría y esperanza, amanecer con el nuevo día. Y caminar por el barrio, por las colonias y saber que irremediablemente, al caer al tarde, mi bohemio y sensible corazón podrá disfrutar de los rayos abandonados de la estrella más grande de nuestro Sistema. Lo que queda mientras uno espera al final de otro día es simple; brindar con un agua fresca y agradecer.

viernes, 22 de septiembre de 2017

El pueblo se llama Redención; el autor, Hilario Peña.

Hilario Peña es un maestro. Lo que digan los demás es muy respetado, y con respeto, si la opinión resulta de sus críticas una postura negativa ante la novela vaquera del año en México; poco me importa. El genio salió en un desierto mojave y cumplió el deseo de los amantes del género western; escribir una novela cargada de historia, ambientes secos y arenosos, personajes tan cobardes como valientes, siempre cargando una Colt o una Derringer, siempre pidiendo un tequila, un brandy o al menos si el cantinero en función tiene piedad, un caballito de sotol. 

Un pueblo Llamado Redención es una crónica narrativa tan brillante como inquieta. Te atrapa, te confunde y te atrapa de nuevo. Si te dejas llevar caes en el vacío y en la adrenalina de una novela llena de giros, apaches, vaqueros, damiselas en peligro, pueblos en llamas y circos de pulgas amaestradas. 

Con una simple pero poderosa prosa, el autor lleva al lector a un mundo lejano en el tiempo y cercano en espacio por medio de su creativa y candente imaginación. Por medio de un realismo mágico que te permite conocer sin límites la extensa y entretenida narrativa vaquera olvidada por tantos años en este país. La historia de un niño lleno de ira y rencor que busca por los años recuperar la dignidad que alguna vez le fue quitada, llegando a sus últimas y villanas consecuencias. La historia de un empresario y coronel inteligente, culto y que con una capacidad pragmática elocuente logra, al parecer, todos sus objetivos, sin que los intereses de su gente sean para este cínico e hipócrita terrateniente algo digno de defender. La anécdota de un vaquero apodado Perezas (porque camina lento, como tomando su tiempo, como dueño de su tierra y su ambiente) que pone fin a tanta miseria moral. 

Saquen el bourbon, que traigan tabaco fresco, prendan la leña y afinen la guitarra; la historia esta a punto de ser contada, los cactus con espinas serán testigos de que en cada ocaso violeta de este maravilloso western traerá consigo al día siguiente la espera de una aventura desértica, seca, llegadora y desgarradora. Apúrense, avísenle al párroco, al peletero, al cazador de bisontes, a la vedette, al granjero y al gendarme...ya va a empezar, es la historia de un pueblo llamado Redención. 

Título del libro: Un Pueblo Llamado Redención (Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 2016)

Autor: Hilario Peña

Año de lanzamiento: 2017

Editorial: Grijalbo (Penguin Random House) 

Precio: $299 M.N.




Un pequeño poema escrito en un café al inicio del otoño.

Que me lleve el viento contigo
así como arrastra por los aires
las hojas secas y bronceadas de maple.

Que me cante el sol tus suspiros y
me cobije con el aliento de tu voz,
así como cuando con su poder de cobre
evapora el líquido que luego llueve en los campos de pinos.

Que tu piel nunca expire,
que quiero colocar mis manos en ella,
que tus ojos se mantengan encendidos, ahí voy.
Que mi creador se apiade de mi,
que me deje tocarte siempre en otoño.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Una cordial, modesta pero honesta columna acerca de alguien que me hace feliz.

Esto no es un poema,
cómo podría serlo,
y aunque este escrito como tal
confirmo que no lo es.

Tampoco sugiero que sea un relato
ni un cuento, ni una novela pequeña,
es tan solo una cordial, modesta
pero honesta columna acerca de alguien que me hace feliz.

Alguien en quien pienso al sorber mi café,
alguien en quien pienso al pasar por el parque
Teniente Guerrero en el centro de mi ciudad,
al ver las hojas de los árboles y pensar en el otoño que se acerca.

Alguien que me hace sonreír con su sola presencia mental
que atraviesa mis neuronas y llega hasta mis ojos
y luego lenta y pausadamente da un paseo
por mi cuerpo y mi alma hasta llegar a mi corazón.

Esto no es una canción,
cómo podría serlo sin un piano
una guitarra, un acordeón
o una gaita escocesa.

Mi gran amor, quiero tenerte en mis brazos,
llenarte de besos las piernas, los hombros,
los lunares nómadas de tu piel, hasta viajar
a tus mejillas que me sonríen con la ternura de un ángel.

Esto carece de rimas, de prosa compuesta por críticos narrativos,
carece incluso de estilo y gramática y lo que sea que los expertos opinen,
carece de eso pero no de amor, de pasión ni de efectos secundarios
que provocan que mis mejillas ardan de felicidad y enamoramiento.

Esto no es paisaje cualquiera; es un bosque, es una selva o si quieres una selva bosque.
Esto es un campo alegre con árboles que dan sombra fresca donde podemos sentarnos a
charlar de la vida y de los sueños que inundan nuestro ser, nuestro pensamiento,
nuestro deseo irrefutable de estar juntos y que el ambiente se llene de mariposas amarillas.

Esto no es algo significativo sin ti,
son tan solo letras tecleadas en mi soledad, en mi desesperación de tenerte ya, de abrazarte, besarte, esto es una pequeña muestra de lo que mis dedos ansiosos mueren por decir,
y que al carecer de boca, trabajan desbordados por darte un mensaje convincente.

Esto no es una carta,
esto no es un saludo ni mucho menos un contrato,
es tan solo una cordial, modesta
pero honesta columna acerca de alguien que me hace feliz.


martes, 22 de agosto de 2017

Mi Guerra favorita.

Seré breve. Siento algo en mi interior; como cosquillas dentro de mi pecho. Cosquillas que me hacen sonreír cuando veo en el suelo hojas secas. Esas hojas secas que anuncian además mi estación favorita del año; el otoño. Me hacen sonreír cuando camino por las callecitas del vecindario, cuando siento el viento en mi rostro. Me hacen sonreír a cada rato pensándolo bien. Sonrío por las cosquillas, y las cosquillas son producto de un recuerdo. Un recuerdo que aún no se cumple. El recuerdo de cuando la conozca, el recuerdo de cuando la abrace y sienta su cálida piel. Cuando vea sus ojos, cuando mi olfato aspire su perfume de rosas. Un recuerdo de mis manos tomando las de ella, tocando sus dedos finos, su corteza humana. Ese recuerdo de su rostro, de sus palabras escritas sobre el cristal de mi móvil. Un recuerdo aún por cumplirse. 

Me imagino estando a su lado, llevándola al teatro, abrazarla desde mi butaca mientras ella me sonríe. Un día soñé que fuimos a Broadway. Luego de una función de actuación la acompañé a Macy's a comprar un abrigo. Caminábamos tomados de la mano, riendo por todo; por el frío, por los parquímetros descompuestos, por la luna, por las nubes, por locuras y complicidades. Cuando llegamos al cuarto de prendas y ella salió con ese abrigo gris que le hacía verse tan hermosa me sonrojé. Ella caminó despacio por los diversos espejos y se observó atenta. Veía cada detalle en ella. Me puse de píe y fui a su lado. La tomé por detrás, de la cintura y frente a nuestros reflejos acerqué mi rostro a su nuca y bese su mejilla izquierda. Ella sonrío. Nunca he ido a Nueva York, pero ese sueño ha sido mi mejor viaje. 

Inventaré una máquina de transportación. Para ir a donde esté y decirle lo importante que se ha convertido para mi y lo importante que se vuelve cada día más. Que sin conocer su voz y la manera de decir las cosas ya me siento en las nubes. Me emociono con el solo hecho de ver sus palabras. Quisiera abrazarla durante mucho tiempo, sentirla a mi lado. Cantarle, recitarle poemas y poesía de amor y alegría. Leerle, prepararle café, ir al parque a ver las aves volar y hacer un picnic. Escribirle cartas y llevarle flores, flores tan lindas como ella misma. 

No me pregunten por qué ni cómo. Ella ya es importante para mi, confío en ella, creo en ella y pretendo que podamos vivir mil aventuras hermosas; por las calles de San Francisco, por los vecindarios cafeteros de Tijuana, por los ríos de Italia, por los campos de Francia, por los callejones de Barcelona, por los monumentos de Londres, por las montañas de Canadá, por mil lugares en mil tiempos diferentes. 

Tengo tantas ganas de tenerla en mis brazos. De hacerme presente. De que llegué pronto el día de decirle todo lo que las cosquillas que me hacen sonreír desde hace ya algunos días provocan en mi. Ella es hermosa y sea cual sea el destino, ella siempre será hermosa. Una guerrera, un guerra contra el odio y lo negativo, mi guerrera favorita...mi Guerra favorita. 

jueves, 1 de junio de 2017

Señores del jurado; me declaro inocente

Me declaro inocente su Señoría. Es totalmente inaceptable sentirme culpable por enamorarme de la mujer más hermosa que mis ojos han visto. No digo con esto que yo sea un Santo o un ejemplo cívico ante los humanos que habitan esta ciudad o ante los honorables miembros de esta corte. Soy yo tal cual. Un escritor que un día decidió sentarse fuera del Fix Coffee & Wine a leer la última novela de la grande colega chilena Isabel Allende (ella ha decidido ser chilena y no peruana; desconozco la razón exacta de tal decisión).

Entonces Sr. Juez sentí algo en el rabillo del ojo. Primero creí que se trataba de un pequeño insecto o un micro pedazo de polen lo que me estaba molestando. Luego percibí que la sensación no era física sino espiritual. Como un rayo de ojos que me observaban. Al voltear la vi. Era ella Sr. Juez, y en honor a la verdad y en el nombre del mismísimo Dios, desde entonces no tengo sentimientos hacia nadie más que a esa mujer. 

Mi moral se vio afectada cuando ese mismo día en el mismo lugar también me percate de que ella venía de la mano de otro hombre. Mi corazón siguió latiendo pero mi cerebro lloraba lagrimas grises por entre las venas de mi cabeza. Mis ojos se tornaron húmedos y la mirada de mi rostro bajó de pena y vergüenza. Recuerdo que me ruborice tanto que mis mejillas ardían de dolor. 

De inmediato fui a mi casa, me encerré en mi biblioteca y coloqué  a todo volumen el vinilo de Jazz que había comprado la noche anterior. Estuve cuatro horas sentado, desde las 2:30 p.m., imaginándome a su lado, sintiéndome suyo. Y lloré su Señoría. Llore por ser tan cobarde.

Señores del jurado, Señoría; se que me he enamorado de una mujer prohibida, se que mis excusas podrán se para ustedes ilógicas y exasperantes. Pero quién en este mundo tiene control de sí mismo al momento de caer en las garras de la bestia llamada Amor. Una bestia hermosa que aguarda a que duermas para devorarte en sueños de ilusión. Quién nunca se ha enamorado de la mujer más hermosa del mundo.

Me niego a aceptar culpa alguna por ello. Y si la pena a cumplir es que me señalen toda una vida de tonto y creedor de quimeras afectivas, estoy de acuerdo en la sentencia. Pero no me nieguen la verdad, el Derecho y la libertad de enamorarme de su sonrisa, de la comisura dulce de sus labios, de sus ojos, de sus iris, de su cabello no peinado, de su mente, de su cultura, de su cintura blanca tan adaptable a mis grandes manos. Me niego a declararme culpable por haberme enamorado de la mujer más hermosa del mundo. 

martes, 30 de mayo de 2017

Decir o callar

Me llamo Luca. Tengo 21 años y estoy sumamente enamorado, es decir, estoy en peligro de caer en el pendejismo, el lelismo y en el pendejismo lelo extremo. Tres cosas muy distintas, muy extremas, muy directas aunque no necesariamente malas.

Verás, no es fácil de quien estoy enamorado. Resulta ser que es mi mejor amiga. No, no es verdad, jajá. Solo quería hacerte creer que emplearía un cliché viejo y aburrido. Ya, en verdad, vamos serios. Estoy enamorado de Susana, mi vecina. Mi vecina 7 años mayor que yo. Susana Bucareli vive sola, tiene dos hijas. Una de 2 años, la menor y la otra de 4. La cuestión que complica absolutamente todo es algo sencillo y paradójicamente complicado; No cree en el amor.

Tras cinco años de casada quedó viuda. Hace un mes. Ella tenía 22 cuando se casó, tuvo a su primer nena a los 23 y a la segunda a los 25. Su esposo tenía 31. Un tipo muy común y normal. Tatuado, fuerte y bonachón. Trabajaba como bartender y un buen día (si, buen día para mi) resbaló con la cerveza oscura derramaba en las baldosas antiguas de la cantina donde servía y cayó encima de una botella rota. Dos cristales atravesaron su piel, uno de ellos el ojo izquierdo y el otro en la yugular. Estaba solo y desmayado, solo ahí dentro a las 2:21 a.m. de un viernes. Murió desangrado a las 3:43 a.m. ese mismo día. El cuerpo lo encontré yo. Un sábado a las 3:00 p.m. cuando fui a ver qué sucedía a petición de Susana. No era normal que no llegará. Llamé al 911 y bueno, ya nada se podía hacer. Afortunadamente.

Yo mismo le di el aviso a Susana. Fue terriblemente pertubador. En ese tiempo también le amaba en secreto pero no me divertía para nada verla así. Tampoco me alegraba de la muerte de Norberto, su esposo joven y apuesto ahora enterrado y comido por gusanos.

Susana cumplió ayer los 28 y fui a verle. Claro, estaba llorando y tardé 15 minutos en convencerla de que me abriera la puerta. Dejé un pequeño pastel sobre la mesita que servía de comedor y me le quede viendo. Lloraba como una niña a la que obligan a comer verduras desagradables. Sus dos hijas, Selma y Alexis, estaban con su abuela paterna de visita en Ensenada. Claro, no hacía ni 30 días que eran huérfanas de padre. Tenían que distraerlas en alguna parte.

Esa noche hablamos mucho. Como nunca. Apenas y nos conocíamos. Me contó todo, todo. Y cuando terminó de hablar, éramos dos llorando. Uno de impotencia, la otra de tristeza y coraje. Esto fue parte de lo que me confesó;

1. Norberto le pegaba cada vez que no alcanzaba el dinero.
2. Norberto era adicto a la cocaína, mariguana, tachas, cristal, tabaco. Mil cosas químicas más.
3. Norberto le pegaba cada vez que había mucho dinero. Dinero era igual a drogas.
4. Norberto la violaba aún siendo su esposa.
5. Norberto era un excelente padre, un pésimo esposo y un vecino ejemplar.
6. Norberto amenazaba a Susana con golpear a sus hijas si decía algo.
7. Norberto nunca recordaba el cumpleaños de Susana. Ni de sus hijas. Ni el suyo.
8. Norberto no la escuchaba.
9. Norberto no la tocaba dulcemente.
10. Norberto no bailaba con su esposa.
11. Norberto la insultaba.
12. Norberto no moria. Vivia, vivia y vivia más para atormentar la vida del amor de mi existencia. De Susana.

Susana por eso no creía en el amor. Por culpa de un muerto. Por culpa de un cadáver. Por culpa de cenizas.

Por eso le odio, a Norberto. Susana me dejó muy en claro que no creía en el amor.  Si tan solo me diera una oportunidad. Si tan solo fuera yo tan valiente de decirle mi mayor secreto. Que amaría dedicarle poemas. Decirle que en la ducha no canto, sino que recito poesía imaginando que ella me ve y que escucha el sonido dulce de mis palabras. Susana tiene el espíritu muerto, el alma pesada y el amor por los infiernos del suelo. Si tan solo ella me creyera, si tan solo todo fuera tan fácil.

Susana duerme esta noche sola. Como amaría ir y abrazarla. Besar sus mejillas, sus labios, su lengua. Su frente, esa frente tan linda por Dios. Besar su espalda, cada peca y lunar que tenga tatuadas en la piel. Cada milímetro de sus brazos, sus muslos, su todo. Tenerla y poseerla y que ella pueda poseerme a mi también a su antojo. Si tan solo ella me amara.

Norberto esta muerto, como el amor de Susana, como la fe mía. Así es la vida supongo, complicada a más no poder. Cómo le dices al amor de tu vida que es el amor de tu vida si es imposible decírselo, no por falta de ganas ni de valentía, sino porque simplemente no debes hacerlo, porque todo puede irse a la mierda. Porque no lo entendería tal vez, porque tiene un pasado y un presente que enfrentar.

Susana esta dormida y sueña mundos que yo no veo. Mañana a esta hora, le diré la verdad. Le confesaré todo.

Soy Luca y escribo esto porque es necesario decirle al amor de mi vida que es el amor de mi vida. Simplemente porque yo no soy Norberto y alguien tiene que amar y sacar a bailar a Susana.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Coke, Bourbon y Johnny Cash.


Es de noche y estoy en casa; claro, pensando en ella. En su voz, rasposa y ronca, una voz que pareciera poco femenina pero que es completamente sensual y música para mis oídos. 

Estoy sentado frente a mi escritorio con un vaso de bourbon con Coca-Cola, tiene hielo y el agua que suda el vaso llega fríamente a mis dedos. Y pienso en ella de nuevo. El agua me recuerda a sus orgasmos, me recuerda a sus lágrimas, a cuando vamos al mar, a cuando sin pensarlo y un tanto travieso hago que mi mano baje hasta su paraíso humano, haciendo que ella, en compañía de una sonrisa tímida y nerviosa, unas mejillas ruborizadas y unos ojos saltones, comience a naturalizar su cuerpo con ese efecto placentero que me humedece mi extremidad aventurera. 

Extraño el olor de su frente, es algo inusual, pero siempre que le beso esa frente tan perfecta huele tan delicioso. Su piel es mejor que cualquier seda, es oníricamente real, algo ya de por sí paradójico pero hermoso. 

Pienso en ella, escucho a Cash, If You Could Read My Mind. Cierro los ojos pensando en su sonrisa e imaginado que está frente a mi y que puedo besarla cuando alguien me toca el hombro derecho. Salgo de mi ensimismamiento y veo a Cash frente a mi. Tal cual. Les juro que no he fumado hierba. Es extrañísimo, me muero de miedo. Qué pasa. 

Cierro los ojos con fuerza y los abro y de nuevo esta ahí. Me observa, esta fumando un cigarrillo. Dios se lo hizo a mano, eso me dice. Luego vuelve a decir algo; me dice que si no hago nada al respecto por conquistarla entonces no puedo escuchar más sus canciones. 

De repente se esfuma y me deja ahí, con esa locura en mi mente, con esa Epifanía. Me quedo otros cinco minutos asimilando todo. Acabo mi vaso de bourbon, apago la laptop y por consecuente la música. Salgo a buscarla. 

La encuentro fuera de su casa, fumando mientras observa la luna. Llego por la espalda y la tomo por la cintura. Le beso todo, se me pone dura y ella quiere ir arriba a su cuarto. Lo hacemos toda la noche, nos besamos cada minuto con respiros fuertes y excitantes. Amanezco con ella y hablamos de todo, y nos amamos al cien por cien. Le digo por fin todo, y ella me lo suelta también. Llegamos a la conclusión de que nos amamos. Olvidamos nuestro pasado y vivimos el presente. Y todo es perfecto, y soy feliz y ella también; y somos amigos, novios, amantes, esposos, padres, humanos hechos el uno para el otro...somos lo que somos. Tenemos entonces la mejor vida.

68 años después.. 

Recuerdo el día que morí. Ella aún vivía. Siempre fui feliz y me quedo tranquilo de que nuestros hijos y nietos cuidaran de ella mientras nos encontramos. Un día lejano espero, tiene tanto que ver aún.

Entonces camino pero sin cuerpo, me muevo y ando como un recuerdo, la energía y el espíritu que fui.

De repente le veo de nuevo, casi 70 años después. Está solo, tocando música; es Cash. Al verme me dice sin separar la vista de su guitarra dorada; "me alegro de que lo hayas hecho". 

Le respondo que perder el amor de mi vida y su música no eran opciones en mi existencia pasada. Y Cash sonríe.

Cierro los ojos y veo a mi amor, recordándome con una sonrisa en su rostro anciano. Y lloro frente a Dios (que se acercó momentos antes) y a Cash. Y juntos los tres cantamos Ring Of  Fire. 

Si, Dios es fan de Johnny Cash. 

domingo, 5 de febrero de 2017

Trueque divino

Te cambio Dios, los cortados por sus besos, por favor, que buena falta me hacen. Te doy mi naranjo por sus labios, mis novelas por su sexo y mis sonrisas por sus brazos. Me urge tocarla, sentir su piel, sus mejillas en mi pecho cuando después de hacer el amor y hablar de la luna y las estrellas se queda dormida.

Te doy mis poemas y mis memorias a cambio de sus cabellos, es un trato que no puedes evitar. O bien te intercambio mis anhelos por un sueño entre sus pechos. Por recorrer con mis párpados su camino de gloria que es su cuerpo. Quiero y necesito besar la comisura de sus rojos y carnosos labios.

Te obsequio mis retratos por el dulce olor a maple de sus muslos, los cual amo de corazón recorrer con mis dedos, sentir la carne de su divinidad en mi posesión, como un regalo tuyo, un proyecto celestial llamado mujer y que puedo ver, oler, tocar, sentir, amar y amar y amar. Y por su nombre que amo tanto, el solo hecho de pronunciarlo es ya un poema. Si fuera una marca resgistrada, un dominio, una patente de Dios, sería pobre, debería millones de monedas, de billetes, de impuestos y de suertes. Cada mañana, cada medio día, cada noche lo pronunció en mis pensamientos como un rito. Tu nombre es jazz para mis oídos, es medicina auditiva, es la mejor palabra. Sencilla y corta pero la mejor de todas, ¿por qué nunca sale en los libros? Serían bestsellers si la utilizaran. Tontos autores.

Te cambio las postales de mis recuerdos por su risa. Te regalo mi colección de cuarzos por los placeres más salvajes y los orgasmos duraderos de sudores fríos que con ella quiero.

Te cambio Dios, el final del diario lunes por un martes en sus ojos, te cambio un miércoles de enojos
por un jueves de virtudes y un viernes de paseos por la playa. Te cambio todos los postres de vainilla que me quedan por probar por un beso honesto, el suyo. No importa que ella sea mucho mayor, mucho más madura y pura. La amo y he leído los términos y condiciones que me has puesto.

Firmo, vendo o intercambio una tarde de gran viento, una noche en firmamento, por caer en su mirada, cerrar los ojos y sentir el aliento de su cariño. El trueque divino le llaman, a lo que estoy a punto de hacer.

sábado, 21 de enero de 2017

Arenas y listones.

Ella esta sentada en playa; lleva consigo una blusa de color claro que hace juego con su pequeño listón rosa, que lleva cuidadosamente en su lacio cabello. Dejó un fleco sensual en su sensual frente blanca. Más blanca que la arena en la que está sentada, viendo el infinito acuático que se expande en sus ojos achinados, pequeños, grises. Los mejores que nunca hayas visto. Te hipnotizan, te atrapan y te asesinan hasta caer en el vértigo de sus iris. De sus pensamientos, de su belleza espiritual y serena. 

Hoy escuché su canto, hasta pensé que era una maldita sirena. De esas que te seducen para después atraer tu pensamiento hasta ella. Luego te devoran los sentidos, las emociones, el cerebro, la carne y los huesos. No hay manera de sobrevivir a eso. 

Lo he pensado bien y creo que puede ser una nueva especie de sirena con pies. La llamo Arena. Ahora me observa y me sonríe y me quedo bobo viendo como se le hacen dos pequeños orificios en las mejillas. Observo su cuerpo, tan diosa. Tan perfecta, tan femenina. Cabello lacio, cara delicada, ojos...esos ojos que son un secreto. Sus pechos son el hogar de mis besos, con olor dulce y sudor de amor entre ellos cuando me adentro en su divinidad. Esos muslos que deberían exponerse en el Louvre y estar bajo protección las diez mil horas del día de mis sueños. En mis sueños los días no pasan rápido porque amo verla demasiado. Ver esos pies que tanto me gustan besar. Rosar sus labios de caramelo rojo, tomar su saliva con sabor a bourbon, sentir su perfecta cintura y llevarla hacía mi. 

Sentir sus tobillos en mi oreja, sentir su alma y su deidad con la mediocridad de mi existencia. Llorar por no estar a la altura de su belleza y olvidarla. Y entonces le pido a Él que tanto me cuida que me aleje de esa sirena Arena de listones, que me ayude a no recordarla más. 

- ¿Estas seguro de lo que pides? - Me dice Él-. 
- No. 
- No tengas miedo. ¿Acaso no me has pedido la felicidad toda la vida? 
- Me la has dado, esto es diferente. 
- Tantos hombres han anhelado una sirena y ahora que la ofrezco me la niegas. ¿Estas dispuesto a pasar la vida sin tu sirena Arena?
- No
- ¿Entonces? 
- Dame sabiduría y comprenderé. 
- ¡Oh! querido hijo, hacer lo que me pides es doloroso pero no imposible...desde ahora serás solo feliz, con una vida normal. Feliz sin tu sirena Arena de listones rosas. Y ella, tendrá su vida. 
- Gracias, solo te pido una cosa, una cosa más. 
- ¿Y?
- Cuídala. Por favor.  
- Siempre.
- ¿Le dirás algún día que la amo?
- Eso hijo, lo harás tu algún día, pero no en la Tierra. 

Y lloré, sabiendo que era lo mejor. 

lunes, 9 de enero de 2017

Carta a los hijos aún no nacidos.

A Leslie, Santiago, Emilio y Valeria; 

Algún día verán esto. No solo con los ojos hermosos con los que han nacido; lo leerán con la mente, con sentido común, con el alma y el corazón. Les advierto, mi amor por ustedes, seres inanimados e inexistentes, es tanto, que los amo sin saber siquiera sus ideologías, sus rostros, sus llantos ni sus risas. 

Desconozco plenamente las circunstancias bajo las cuales darán su primer respiro, pero se que tarde o temprano, amores míos, han de crecer y enfrentarse a la vida que les queda. Vida que estoy seguro será hermosa y paradójicamente triste y desolada en algunos momentos. Ahora mismo sabrán de qué habla su padre. 

El mundo no es un lugar fácil. En ningún sentido. En planos físicos y geográficos, este planeta conlleva caminos rocosos y estrechos que solo en buenos climas y con un equipo técnico de calidad y fuerza se pueden atravesar. Y eso, amores míos, que es tan solo en un plano objetivo como lo es el solo hecho de trasladar el cuerpo. 

Ahora vamos a lo importante, seré directo. Tienen que ser fuertes en todo momento y en todo plano existencial. Fuerza en el cuerpo para ser sanos y enfrentarse a quienes deseen hacerles daño. Siempre en defensa y nunca en generar más violencia. Fuerza en la mente para desarrollar criterio, acervo de conocimiento y sentido común (algo con lo que no todos nacen). Fuerza emocional para ser capaz de amar a un enemigo, para sobreponer los buenos valores encima de las presiones sociales y las críticas cero constructivas. Fuerza espiritual para estar conscientes de que, sea cual sea el término ideológico de fe que acepten, sean humildes para creer en milagros y saberse pequeños y grandes al mismo tiempo. Una balanza de amor y vida. 

Habrá gente que los amará por su forma de ser. Otras más los querrán por el solo hecho de intercambiar palabras y haber forjado una simple amistad. A esas personas tiene que amarlas con toda la vida. Sean familia, sean amigos, conocidos o simples humanos que se topan por la calle al ir por el café matutino o en el transporte público, o en el trabajo o donde sea. 

Habrá otros que, al contrario de los primeros, querrán verlos derrotados. Nunca les faltarán sus ofensas, sus críticas sarcásticas y dañinas. Tendrán la valentía de hablar pestes de ustedes frente a su persona, o tendrán la malicia de hacerlo a sus espaldas. Habrá gente que los verá por el suelo, que no responderán a sus "buenos días" o jamás escucharán de sus labios un "por favor" ni un "gracias". 

Estos últimos humanitos (porque eso son, gente pequeñita), son seres codiciosos, ignorantes, faltos de amor (propio y ajeno), que vive para su propia vanidad y por sus propios placeres. No les importa a quién dañen para cumplir sus objetivos. El mundo esta lleno de ellos. Ante esto les pido cordura y paciencia, NUNCA rebajen su ser por personas como ellas. Solo respiren y tengan la fuerza y la sabiduría de desear lo bueno a quien les deseó lo malo. Es lo más inteligente que nunca hagan; amar al enemigo es ganar la guerra. Ellos nunca sabrán eso, porque no conocen el amor. Hay una diferencia entre virtud/defecto a maldad/existencia. 

Hijos, sean capaces de caminar por el mundo con amor. Agradezcan a la vida lo bueno y lo malo. Lloren por tristeza y felicidad. Lean todos los libros del mundo y suban y bajen por todos los juegos mecánicos que haya en la Tierra. Capturen fotografías con los ojos y la mente, escriban su historia con el prólogo de una vida feliz y cierren con el final que les plazca. El libre albedrío es suyo. 

Y recuerden, sépanlo por amor a su padre y a ustedes mismos; 

Siempre que vean un charco de agua, brinquen y písenlo con fuerza. Sin importar como, donde ni por qué. Porque al hacerlo y seguir su camino, de algún modo, irán dejando huella en este mundo. 

Con amor, su padre.