miércoles, 24 de febrero de 2016

Ni whisky ni tequila.

Para nada. No necesito ni tequila, ni whisky, ni ron. Tampoco mezcal, menos brandy. Un vaso de agua basta para saciar mi cuerpo, darle valor al espíritu y enfrentar la tentación de verte.

Dos pilares que sostienen un buen argumento. Dos diamantes verdes que quieren lo que yo quiero.
Entre esos pilares llamadas piernas tienen el poema que quiero decir. Tienes todo; aroma, letras, sabor a literatura. Quiero saciar ese gusto, quiero ser el poeta de ese arte tuyo. Ser lengua de tus poemas. Porque te desvisto con la mirada. Te hago mía en segundos, en años luz. Eres mía ya desde hace tiempo y no lo sabes. Pienso en ti. En tu literatura, en tus manos. En tus uñas rojas.

No quiero que seas tentación. Por eso ya no te miro. No con los ojos, no de frente. No es por miedo. Es por mi propio bien. Hay palabras que se las lleva el viento, y literatura agridulce que se disfruta, pero que encanta y resulta placentera como peligrosa.


miércoles, 17 de febrero de 2016

No se sabe, tampoco el final poco extraordinario.

En un día tan común como hoy mismo:

6:02 a.m.
Despierta, abre los ojos. Mira el techo de su habitación y agradece el nuevo día. Se levanta, se asea. Se viste con una camisa blanca, corbata azul con rayas negras. Tirantes, pantalones Perry Ellis grises y zapatos negros. Desayuna mientras escucha un podcast sobre tecnología, escucha jazz en la radio.

9:07 a.m.
Llega a la oficina 8 minutos antes. Prende su laptop. Reproduce un Soundtrack de La Vida es Bella. Prepara café. Toma café. Toma más café y comienza la jornada.

9:19 a.m.
Jessica, le admira la corbata nueva. El se percata de su falda corta. Su lentes transparentes. Su piernas perfectas. Su cadera entallada, curveando al estilo de una modelo. Se ha pintado el cabello de color rojizo tirandole a negro. Ya no es café como ayer. Blusa azul, pañuelo blanco. Entra a una pequeña oficina especial.

2:00 p.m.
Mira el reloj.

2:01 p.m.
Se percata de que en efecto es hora de comer. Baja. Come pasta con pan de ajo y mantequilla. Un vaso de agua, y de postre; pastel blanco de vainilla con crema. Un latte también. Un vaso más de agua para aquello de lo empalagoso.

4:01 p.m.
De nuevo a la jornada laboral. Los demás colegas lo ven con buenos ojos. Es amable, sencillo. Se llama Ernesto. Muy organizado, callado. Se llama Ernesto pero fuera del trabajo, los mismo buenos compañeros que lo ven con buenos ojos y lo llaman por su nombre, ahora lo llaman "el pendejo de lentes". O, "pobre idiota, seguro esta más solo que ese puto vagabundo de la esquina". Y ríen.

5:59 p.m.
Cuelga al último cliente. Logró tener la firma de una importante empresa. Bien; $40,000 pesos de bono a su equipo. Una parte buena para él. Excelente. Cierra todas las ventanas de su laptop. Apaga el equipo y cierra la tapa exterior de su Samsung.

6:00 p.m.
Toma dos vasos de agua.

6:05 p.m.
Va un pequeño cuerpo especial. Una pequeña oficinita. Cierra la puerta. Dentro, Jessica no esta vestida por completo. Ni desnuda. Esta con su camisa blanca, con tres botones superiores descubiertos. Nadie en la planta. Solo ella, Ernesto y abajo el Sr. Oscar, el guardia que no escucha nada de lo que pasa en el 3er piso de Iñiguez e Hijos.

6:10
Jazz de fondo. Una pequeña luz prendida. Ella ya se quitó la camisa. Ernesto todo. Típico de hombres. Ella de espaldas contra el escritorio de pino. El le tapa los ojos con la corbata admirada esta mañana a las 9:19 a.m. Le besa el cuello, que desprende un olor a Chanel. Le acaricia la espalda con la yema de los dedos. Le rodea la cintura y sube las manos para oprimir su pezones. Ella respira como si tuviera dificultad. Tiene los ojos vendados y aún así ella los mantiene cerrados. Ella baja la mano y toca lo que le apetece. Y entonces pasa...el pendejo de lentes se esta cogiendo de la manera más rítmica y sincronizada de espaldas contra un escritorio de pino a Jessica Iñiguez, la administradora principal de Iñiguez e Hijos y futura heredera.

8:00 p.m.
Las nalgas de Jessica están rojas. Ella lo sabe pero no dice nada. Le gusta, Los lentes transparentes de ella están en el suelo, los lentes de Ernesto también. Terminan sudados en el suelo. Ven el techo del cuarto como cuando Ernesto de despierta por las mañanas motivado por un nuevo día.

8:15 p.m.
Ellos impecablemente vestidos, perfumados. Salen de la compañía. Oscar, el Sr. guardia le dice a Jessica "su padre ha marcado para decir que no llega hasta dos días más señorita Iñiguez". Ella le agradece...

10:00 p.m.
Ernesto cena en casa. Cereal. Lee el reverso de la caja y soluciona un crucigrama rápidamente.

10:17 p.m. Apaga la T.V. Se quita la corbata con olor a Chanel, la huele. Se quita los lentes. Se pone su pijama. Se asea. Se acuesta. Observa el techo y piensa en los pendejos sin lentes que no saben nada. Se duerme...FIN.

viernes, 12 de febrero de 2016

Lo que me dijo mi mamá antes de morir.

Dos semanas antes ya no hablaba. Lo último que me dijo directamente fue; "Jonathan, llámale a una ambulancia porque tengo miedo". A los dos días murió. Dijo sus últimas palabras a las 5:00 a.m. del 28 de mayo de 2014 mientras yo dormía.


Disfrute mucho la vida de mi madre. Tan tierna. Lo que me dejó como legado lo aprecio. Fuera de lo material y mi educación profesional hubo un legado aún más profundo, un aprendizaje que sin duda haré pasar en futuras generaciones (si es que estas se dan). Desde los 12 o 13 años me decía casi a diario; "Somos TU y YO contra el mundo". "Muchas personas te quieren y te querrán, tus hermanos y hermanas te adoran. Veo que tus amigos (los pocos verdaderos que conservo) te aprecian, habrá un día si te esfuerzas, una mujer que te amará, unos hijos que te verán como un héroe (ella así recordaba a su padre, mi abuelo José), pero nadie, NADIE, te amará nunca como tu madre lo hace, y el día que falte en tu vida tendrás que vivir en tu propio equipo. Tu contra el mundo, porque NADIE, ni tus hermanos, ni tus vecinos, ni tus amigos...vendrán por las noches a taparte si tienes frío, a curar tus heridas internas o tus enfermedades. Mientras encuentras una compañera de vida (ósea una esposa) nadie te amará más de lo que tú debes amarte a ti mismo. El día que muera serás TÚ contra el mundo...pero no tengas miedo, mamá te cuida".


Y es verdad. La vida de adulto es complicada y hermosa a la vez. No lo digo por el pago de impuestos, no por los eventos sociales que azotan nuestra realidad. Es más que eso. Es el misterio de cada encuentro y cada nueva sorpresa. Enamorarte, reír. Saber que la gente es tan distinta, con miles de millones de formas de pensar. Que la mente humana es sumamente compleja. Aprender a valorar cada momento, aprender a ignorar lo que merece ser ignorado y amar lo que merece ser querido.


Que odiar no es un camino para lograr algo mejor, ni moral, ni ético, ni político, ni religioso ni real. Que debes VIVIR y dejar vivir. Que el AGRADECIMIENTO a la vida es un don que debemos fortalecer. Saber desprenderse de las cosas, de la gente, del orgullo. Que nadie NUNCA sabrá realmente como ves la vida y que eso es un REGALO porque eres único y valioso en esta Tierra. Que si eres de alguna o ninguna religión es AGRADABLE vivir, que si te gusta o no algo popular ESTA BIEN. Que la vida esta llena de gente difícil porque para empezar nosotros mismo somos difíciles. Que nuestra propia existencia es ya es algo que no podemos explicar pero si agradecer y disfrutar.


Que eres tú contra el mundo, y que al ser TÚ MISMO (A) descubres que "estar CONTRA" es irónicamente estar ALIADO (A) a la vida que es un murmullo de secretos y hermosuras y todo lo que implica. Que vale la pena ser feliz por ti y los demás.

Que eres un ser humano y eso te convierte en la imperfección más perfecta de la vida. Y ella te ama.

P.D. No me importa si estoy solo contra el mundo. SIEMPRE seré tu aliado cuando lo necesites. Confía en eso.